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lunes, 17 de mayo de 2010

El Cristianismo visto desde afuera


Gracias a varios trabajos de investigación, se ha descubierto mucho de lo que piensan los no creyentes, no solo sobre el cristianismo sino sobre los mismos cristianos. Un artículo fuerte que plantea un desafío.

Hace algunos meses estaba paseando por la sección de libros religiosos de una librería. Al estar allí de pie, revisando los títulos, tres jóvenes pasaron por la misma sección. Era obvio que los tres muchachos de veintitantos años no estaban buscando libros. Estaban pasando el tiempo juntos, hablando de la vida y bromeando como los amigos suelen hacerlo. Yo no estaba particularmente metido en su conversación, ni estaba consciente de lo que estaban hablando hasta que uno de ellos dijo:

–¿Ya vieron eso? ¡Es una Biblia con estuche de metal!

Eso me llamó la atención. La señorita dijo:

–¿Qué? ¿De qué estás hablando?

–Sí. Una Biblia con estuche de metal.

–¿Y para qué sirve?

–¡Qué se yo! Quizá sea indestructible. Veamos

Luego escuché que La Biblia pegó con el piso.

–¡Creo que no! –se rieron, mientras metían de vuela el maltrecho libro en el librero.

Y los vi dirigirse a otra parte de la librería.


Mi experiencia en la librería ilustra que el problema de imagen del cristianismo es en parte fomentado por las características únicas de las nuevas generaciones. Los adultos jóvenes disfrutan desafiando las reglas. Son extremadamente –podríamos decir que de manera innata– escépticos. Los jóvenes de hoy han sido el blanco de más publicidad, medios y mercadotecnia que ninguna generación anterior. Y su mentalidad es al mismo tiempo increíblemente conocedora e inusualmente harta.

Obtuve estas conclusiones no únicamente por experiencia personal, sino a través de mi posesión estratégica como investigador. Durante mi vida en el Grupo Barna, nuestra firma ha investigado tendencias sociales, estilos de vida y opinión pública. Entre tanta información, uno de los hallazgos más consistentes es la brecha entre generaciones, y específicamente la separación entre los que están en sus veintes o treinta y los adultos mayores. Claramente algunas diferencias generacionales tienen que ver la etapa de la vida: diferencias cronológicas que afectan virtualmente a cada generación al mismo tiempo durante su desarrollo y maduración. Más que buscar que se resuelva la brecha generacional, es importante reconocer su existencia, porque puede ayudarnos a entender lo que piensan del cristianismo las nuevas generaciones.

En muchas maneras, los jóvenes perciben el mundo en términos sumamente distintos que lo que se había percibido nunca antes. Por ejemplo, los estilos de vida de los jóvenes son más diversos que los de la generación de sus padres, incluyendo preparación académica, carrera laboral, familia, valores y tiempo libre. Los jóvenes no quieren ser definidos por un estilo de vida “normal”. Se muestran a favor de una travesía personal y única.

Para ellos, las relaciones son la fuerza impulsora. Ser leales a sus amigos es uno de sus valores más altos. Tienen una fuerte necesidad de pertenecer, usualmente a una tribu de otras personas leales que los conocen bien y los aprecian. Aun así, bajo su conectividad social subyace un fiero individualismo. Aunque estiman la imparcialidad y la diversidad, son irreverentes y francos. Encontrar maneras de expresarse a sí mismos y su furia es una búsqueda sin fin. Mostrarse escépticos de los líderes, los productos y las instituciones es parte de su codificación generacional. No confían en las cosas que parecen demasiado perfectas, aceptando que la vida viene con su ración de desorden, así como experiencias y personas descabelladas.

Los jóvenes se involucran en una búsqueda casi constante de experiencias nuevas y nuevas fuentes de motivación. Quieren probar las cosas ellos mismos, desdeñando a los expertos autoproclamados y las presentaciones estilo monólogo o conferencia. Si algo no les funciona, o si no se les permite participar en el proceso, rápidamente se pasan a otra cosa que llame su atención. Prefieren lo casual y cómodo a lo rígido y rebuscado. Ven la vida de una manera no lineal y caótica, lo cual significa que no les importa la contradicción o la ambigüedad La espiritualidad es importante para los adultos jóvenes, pero muchos los consideran solamente un elemento más de una vida exitosa y ecléctica. Menos de uno cada diez de los jóvenes adultos mencionan la fe como una de sus diez prioridades. La mayoría de los jóvenes que estuvieron involucrados en una iglesia cuando adolescentes se desvinculan de la vida de la iglesia y del cristianismo en cierto punto durante su vida adulta, creando un déficit de talento joven, energía y liderazgo en muchas congregaciones.

Adquisición hostil
Una de las diferencias generacionales es una creciente marea de hostilidad y resentimiento hacia el cristianismo. En 1996 nuestra firma publicó el informe: “El cristianismo tiene una imagen positiva fuerte a pesar de contar con cada vez menos participantes activos”. El estudio mostró que hay un respeto difundido por los cristianos. En un 85% los ateos, agnósticos, los que cuya fe era distinta al cristianismo o las personas que no asistían a la iglesia ni tenían convicciones religiosas firmes, se mostraban favorables hacia el papel de la iglesia en la sociedad, y las percepciones de las generaciones más jóvenes reflejaba este hallazgo.

Pero eso era entonces. Ahora, más de una década después, la imagen de la fe cristiana ha sufrido un revés importante. Nuestros datos más recientes muestran que los jóvenes han perdido mucho de su respeto hacia la fe cristiana. En estos días, casi dos de cada cinco de los de afuera (38%) dicen tener una “mala impresión del cristianismo actual”. Más allá de esto, un tercio de los jóvenes de entre los de afuera dijeron que el cristianismo representa una imagen negativa con la que no les gustaría ser relacionados. Además, uno de cada seis de los de afuera de la fe (17%) indican que él o ella tiene una percepción “bastante mala” de la fe cristiana. Ellos dirigen su escepticismo hacia todo lo cristiano: la fe misma, la gente que la profesa, La Biblia y Jesucristo. Francamente, sus sentimientos hacia todo esto se encuentran entrelazados. No obstante, no asuma que cada uno de estos cuatro elementos es considerado en la misma luz, ya que los jóvenes de afuera de la fe tienden a estar más frustrados con las expresiones actuales de cristianismo, seguida por su molestia contra los cristianos.

Sus impresiones sobre La Biblia son mezcladas: la mayoría considera que tiene buenos valores, pero solamente tres de cada diez creen que es confiable en todos los principios que enseña. Y Jesús produce un conjunto interesante de reacciones. Jesús recibe los sentimientos más favorables de parte de los de afuera, pero incluso la claridad de su imagen se ha erosionado entre los jóvenes. Es más probable que crean, sobre otras generaciones, que cometió pecados; e incluso es más probable que crean que la gente pueda tener una vida llena de significado sin Dios.

Descubrimos que hay una fuerte oposición contra los evangélicos. Entre los que estaban al tanto del término “evangélico”, sus opiniones son extraordinariamente negativas (49% contra 3%). El rechazo a los evangélicos entre los más jóvenes es abrumador y definitivo. La razón principal por la que sienten esta hostilidad hacia los cristianos, y especialmente contra los cristianos conservadores, no es por alguna perspectiva teológica específica. A lo que reaccionan negativamente es a nuestro “pavoneo”, la manera en que hacemos las cosas y el sentir de importancia que nos damos a nosotros mismos y que proyectamos. Dicen que los cristianos ladran y muerden.

Una de las revelaciones más sorprendentes de nuestra investigación, es que la creciente hostilidad contra los cristianos es en mucho un reflejo de lo que los no cristianos sienten que reciben de los creyentes. Dicen que su agresión simplemente compagina con las opiniones exageradas y los egos de los cristianos. Una persona lo puso de esta manera: –La mayoría de la gente asume que cristiano significa ser muy conservador, retraído en su pensamiento, antigay, antiaborto, enojado, violento, ilógico, constructor de imperios, proselitista, y que generalmente no puede vivir en paz con los que no creen lo que él cree.

Buscar razones
Al estudiar las impresiones de la gente, nos dimos cuenta de que los cristianos son principalmente percibidos por lo que rechazan. Nos hemos vuelto famosos por aquello a lo que nos oponemos, más que por lo que apoyamos. Somos conocidos por tener una mentalidad de “nosotros contra ellos”. Los de afuera creen que los cristianos no los quieren por lo que hacen, por su apariencia o por lo que creen. Se sientes minimizados, o peor, satanizados por los que aman a Jesús.

En nuestras encuestas descubrimos que las tres percepciones comunes del cristianismo actual son antihomosexuales (una imagen que tiene 91% de los jóvenes), criticones (87%) e hipócritas (85%). Estos “tres principales” son seguidos por las siguientes percepciones negativas, abrazadas por la mayoría de los jóvenes adultos: anticuados, insensibles hacia los demás, fuera de contacto con la realidad, aburridos, no aceptan otras creencias y confusos. Cuando piensan en la fe cristiana, estas son las imágenes que vienen a su mente. Esto es lo que una nueva generación piensa realmente del cristianismo.

No obstante, no todas las reacciones son negativas. Como parte de nuestra investigación descubrimos que muchos también abrazan percepciones favorables del cristianismo actual. Expresan actitudes en conflicto sobre la fe: mantienen dudas significativas, imágenes negativas y preocupaciones al mismo tiempo que guardan asociaciones positivas. Tres de cuatro creen que el cristianismo tiene “buenos valores y principios”. Solamente un pequeño porcentaje de los de afuera cree fuertemente que las etiquetas “respeto, amor, esperanza y confianza” describen al cristianismo. Una minoría de los de afuera perciben el cristianismo como genuino y real, como algo que tiene sentido y que es relevantes para su vida.

¿Las percepciones importan?
Gabe y yo frecuentemente nos encontramos con la idea de que los cristianos no deberían preocuparse por lo que los de afuera piensen de nosotros. Después de todo, Jesús nos advirtió que el “mundo” nos odiaría. La Escritura incluso promete persecución para los que siguen a Cristo. Tenga en mente que parte de la razón por la que los cristianos poseen una mala reputación es porque nuestra fe choca contra la cultura relativista en el aspecto moral. Aunque los no cristianos no siempre nos entienden, tenemos que tener cuidado de no hacer a un lado las motivaciones bíblicas que contribuyen con esas pequeñas percepciones. Por ejemplo, los cristianos son conocidos como criticones porque subrayan el pecado y sus consecuencias. Los cristianos deben identificar la conducta homosexual como moralmente inaceptable, porque eso es lo que La Escritura enseña. Y los cristianos deben buscar la pureza y la integridad aun y cuando nos hagan parecer retraídos.

Como representantes de Cristo tenemos que comunicar la realidad de que hay un Creador santo que nos mide con un estándar que existe más allá de nuestras vidas finitas y resquebrajadas. Nuestra conciencia de un ser trascendente debería alterar quiénes somos y cómo pensamos. No obstante, antes de que deseche la percepción poco cristiana de “solamente cristianos haciendo su deber”, hay que darse cuenta de que el desafío es mucho más profundo. El verdadero problema viene cuando reconocemos la santidad de Dios pero fallamos en comunicar el otro lado de su carácter: su gracia. Jesús representa la verdad y la gracia (Juan 1:14). Abrazar la verdad sin entretejerla con la gracia lleva a un legalismo áspero, así como la gracia sin verdad se degrada a una componenda.

¿Debemos preocuparnos por lo que piensen los demás? Gabe y yo comenzamos a darnos cuenta de que la pregunta más importante es: ¿Y si los no cristianos tienen razón acerca de nosotros? ¿Qué falta en nuestro retrato de la fe cristiana para las nuevas generaciones? Si hemos fallado en representar la gracia que Jesús ofrece –si hemos sido malos representantes de un Dios santo y amoroso– entonces, definitivamente, lo que ellos piensen de nosotros importa. Si no hemos sido los cristianos que debemos, entonces cargamos con la responsabilidad del problema y con la solución.

La respuesta
¿Está comenzando a envolver su corazón y su mente alrededor de todo esto? Millones de jóvenes de entre los de afuera están desconectados mental y emocionalmente del cristianismo. Por supuesto, siempre hemos tenido detractores, pero ahora los críticos se han vuelto más fuertes y con mayor influencia. Y la aversión y la hostilidad, por primera vez, se están cristalizando en las actitudes de millones de jóvenes. Un enorme segmento de una nueva generación ha concluido que no quiere tener que ver nada con nosotros. No gozamos de la confianza de la gran mayoría de una generación escéptica. Esto es difícil de aceptar. Los descubrimientos de nuestras investigaciones son un golpe al estómago de los cristianos, y son particularmente desafiantes. Los jóvenes no quieren una vida barata, ordinaria o insignificante, pero su visión del cristianismo actual es justo eso: superficial, antagonista, deprimente. La vida cristiana es considerada tan simplificada y constreñida que una nueva generación ya no la reconoce como una respuesta sofisticada y viable para un mundo complejo.

Los jóvenes están expuestos a opciones virtualmente infinitas de las cuales pueden escoger; desde su perspectiva ¿para qué necesitan a Jesús? Sería fácil para los cristianos desdeñar las críticas de los de afuera citando La Biblia: “El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4). Pero si los creyentes pueden perder de vista a Jesús, ¿no sería posible, de hecho probable, que Satanás tratara de degradar los esfuerzos de los cristianos por reflejar a Cristo? ¿No le convendría a él socavar nuestros estilos de vida e incluso nuestros mismos métodos de representar a Jesús, de manera que los de afuera no puedan ver realmente a un Salvador compasivo?

Casi cristianoUsted tiene opciones, pero no puede negar la hostilidad; puede refutar sus causas, puede molestar a los cristianos que se están esforzando al máximo por representar a Jesús en un contexto completamente nuevo, o puede tratar con una hostilidad cada vez mayor de modo que honren a Dios. Jesús fue pionero de este método. Escuchó al Espíritu Santo para poder guiar a la gente hacia el Padre. Se conectó con su cultura y su gente con respeto y amor. Él estaba en el mundo, pero no era del mundo.


Tomado del libro: Casi cristiano de Editorial Casa Creación
David Kinnaman & Gabe Lyons

viernes, 7 de mayo de 2010

Día global de oración en Argentina

Hermanos queridos les invito a este gran acontecimiento que se realizará el 22 de mayo en todas las plazas de muchísimos países y nosotros no somos la excepción así que también nos unimos en este gran día de oración, en el cual creemos que Dios moverá su mano y realmente veremos su gloria, ese día habrá prodigios, maravillas y muchos milagros lo creemos en el nombre de nuestro querido Jesucristo.
Esperamos contar con ustedes y si están en Buenos Aires, vengan a nuestra iglesia!!!!

Los saludo con la paz del Señor.